viernes, 9 de diciembre de 2016

Siendo honesta

Asumir la responsabilidad implica ser consciente, ser consciente implica ser honesto/a.
Si estoy dispuesta a asumir mi responsabilidad, esto es, si estoy dispuesta a responder de todo cuanto tenga que ver con mi decisión, mi elección, mi percepción -visión- y sus efectos, lo primero que tengo que ser es: ser consciente de ello.  
¿Cómo si no podría hacerme responsable?

Lo que me sitúa frente a otro interrogante:
¿Hasta que punto estoy dispuesta a ser honesta?
Haciendo uso de la acepción de honesta como integra, entera, completa, quiere decir:¿hasta qué punto estoy dispuesta a admitir, a aceptar, a contemplar, a experimentar, a cuestionar, a hacerme responsable, de todo, absolutamente todo, lo que forma parte de mí, -pensamientos, emociones, sentimientos-?

Dado que sólo cabe una respuesta: o soy honesta, o no lo soy. 
Y dado que la única libertad que poseo es la libertad de elección, nadie puede elegir por mí, elijo, ser honesta, a sabiendas que consciencia, honestidad y responsabilidad van de la mano, y son los requisitos necesarios  para emprender este viaje.

Si ya has hecho tu elección, estamos listos.
Despegamos.

(Nota aclaratoria: Aun cuando las reflexiones que comparto estén escritas en primera persona “yo”, y adjetivadas, conjugadas y vivenciadas en femenino, no representan identificación o exclusión alguna, salvo que tú, al leerlas, decidas verlo así.
Siendo, como son, fruto de mis interrogantes, de mis experiencias, de mis razonamientos, no tienen ninguna pretensión. No necesitan ser creídas o no creídas. Si yo las creo, si doy como cierta la afirmación que llevan por titulo, es porque así lo siento. La única referencia que tengo en cuanto a su veracidad es el lugar desde el que emanan, -mi paz-, y el lugar al que me dirigen, -la Luz-.)



No hay comentarios:

Publicar un comentario