DUODÉCIMO EJERCICIO. HAZ ALGO PARA RECORDARLO
Seguro que tienes un montón de fotos, objetos, recuerdos, que te hacen sentir bien, que dibujan en tu rostro una sonrisa, que sintonizan tu mente con tu corazón.
Rodéate de ellos. Crea un espacio donde sea fácil contemplarlos.
Hazle un santuario a tu felicidad.
Mírate, seguro que feliz, al lado de los que quieres: tu hijo/a, tu padre, tu madre, tus hermanos, aquel amigo/a de la infancia, las personas que pasaron por tu vida, que formaron parte de ella en algún momento, y que por lo tanto siempre formarán; los lugares que recorriste, que visitaste y disfrutaste...; esa pulsera, amuleto, figura, que parecía estar esperando en la tienda, para ti...
Viaja con ellos a través de tu memoria, todos los días, tantas veces como los mires al día, y siente de nuevo, hoy, lo que sentías, ayer.
¿Lo sientes?
¿Lo entiendes?
La felicidad no sabe de tiempo pasado.
La felicidad forma parte de ti.
La felicidad está en tu mente y en tu corazón.
La felicidad eres tú.
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