CULTIVA LA ATENCIÓN PLENA
No te identifiques con tus pensamientos, tus sentimientos, tus emociones.
Los pensamientos, los sentimientos, las emociones, suceden en ti, pero no son Tú.
¿Si sólo eres lo que piensas y/o sientes, quién es ese que sabe que estás pensando y/o sintiendo?
Los pensamientos, los sentimientos, las emociones, surgen, cambian, desaparecen...vuelven a surgir...
Ante cualquier estímulo, tu mente evalúa, comenta, etiqueta, juzga, compara, evoca, acepta, rechaza, imagina, proyecta…
No te identifiques con tus pensamientos, tus sentimientos, tus emociones.
Los pensamientos, los sentimientos, las emociones, suceden en ti, pero no son Tú.
¿Si sólo eres lo que piensas y/o sientes, quién es ese que sabe que estás pensando y/o sintiendo?
Los pensamientos, los sentimientos, las emociones, surgen, cambian, desaparecen...vuelven a surgir...
Ante cualquier estímulo, tu mente evalúa, comenta, etiqueta, juzga, compara, evoca, acepta, rechaza, imagina, proyecta…
Tu cuerpo,
incapaz de distinguir lo real de lo ilusorio, responde a ese flujo constante de
pensamientos con un abanico de emociones opuestas.
Pensamiento y emoción, se retroalimentan.
Cuanto
mayor es tu identificación con tu pensamiento, más fuerte la carga emotiva que
éste provoca, y menor es tu control.
En
consecuencia, más desconectado estás de Ti, de tu Ser, del momento presente.
Conviértete en el observador imparcial de todo lo que en ti
acontece.
Observa
tus pensamientos, la naturaleza de tus pensamientos, el patrón mental que
repites de forma inconsciente.
Observa
las respuestas de tu cuerpo. Las sensaciones, las emociones y reacciones que siguen a cada
pensamiento.
Los
pensamientos, los sentimientos, las emociones sólo tienen el control cuando no
eres consciente de ellos.
Obsérvalos y te harás consciente Hazte consciente y tomarás el control.
Obsérvalos y te harás consciente Hazte consciente y tomarás el control.
Con la observación, el discurso mental
se suaviza.
A través de la atención, la mente se
tranquiliza.
Cuando la mente se para, todo tiempo se
detiene.
Cuando la mente se calla, estás
plenamente presente.
La Atención plena, consciente, emerge
en ese estado de calma mental, en el cual tu atención e intención se enfocan en
la experiencia real del momento presente.
La
atención plena, consciente, no es pensar, es darse cuenta, tomar conciencia de
la Realidad.
Tomar
conciencia de lo que es, de lo que eres, de lo que somos, aquí y ahora.
La Atención plena es Ser uno con la Vida.
Para
ejercitar la atención plena, en tu
quehacer diario, prueba a convertir el medio en el fin mismo.
En cualquier actividad que emprendas olvídate de los resultados, de la meta, de
los objetivos, de lo que quiera que sea que esperas conseguir, y centra toda tu
atención en lo que estás haciendo.
Si caminas
para ir al trabajo, no pienses en el trabajo, en el día que te espera, en la
reunión con tu jefe, en los papeles pendientes. Que el caminar, que cada paso
que des, que cada sensación, que cada respiración, se conviertan en el centro
de tu atención. Conecta contigo, caminando. Conecta con todo lo que ves, al
caminar. Conecta con el momento presente en el que das tus pasos.
Si te
sientas a comer, que el comer lo sea todo, no una parada obligada para cubrir
tus necesidades “antes, durante, o después de”. Huele, saborea, disfruta de las
diferentes texturas, de los colores que inundan tu plato, siéntelos en tu boca
al masticarlos. Esto es todo lo que tienes que hacer en este momento: comer.
Si
alguien te está hablando, escucha. Vacía tu mente. Que sus palabras no sean el
estímulo que ponga en funcionamiento tu pensamiento. Deja de pensar en lo que
vas a contestar, en el consejo que le vas a dar, en la experiencia similar que
tuviste y que te mueres por contar… Sólo tienes que escuchar.
Vivir
plenamente el presente, estés haciendo lo que estés haciendo, requiere de todos
tus sentidos, de toda tu atención.
Recuerda
Tus pensamientos, sentimientos,
emociones, no te definen.
Sólo cuando te conviertes en observador
de lo que sucede en tu interior tienes el poder de transformarlo.
Hagas lo que hagas recuerda siempre
permanecer en el momento presente mientras lo estés haciendo.
Siempre que tomes el momento presente
como un medio para conseguir un fin te perderás lo maravilloso del momento, del
Ahora, de la Vida.
Para anclarte en el momento presente la
práctica más sencilla y eficaz es dirigir tu foco de atención a tu respiración.
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