viernes, 26 de febrero de 2016

"Enamórate del lugar en que estás" Jeff Foster


"ENAMORARSE DEL LUGAR EN QUE ESTÁS, simplemente quiere decir acordarse de la propia presencia, reconectar con uno mismo, sentir los pies en la tierra, recordar la respiración, darse cuenta de los pensamientos, darse cuenta de los sonidos de ese momento, sentir los propios sentimientos. Se tarta de reconectar con la sensación de estar vivo, reconectar con lo que está vivo en este preciso lugar, en este preciso momento, en este momento presente. 
El momento presente es todo lo que hay, es todo lo que tenemos. Es el lugar en el que tocamos la vida, en el que conectamos los unos con los otros, en que conectamos con el suelo, con el cuerpo, con la respiración, conectamos incluso con los sentimientos de desconexión, conectamos incluso con los sentimientos de dolor, soledad o frustración, y los de entusiasmo, bendición, alegría. De alguna manera todo esto es sagrado. Realmente se trata de darse cuenta de que lo que sea que suceda en tu vida, o lo que sea que suceda en el momento presente no es un error. Este momento no va en contra tuyo, definitivamente, en el fondo, no hay nada malo en ti...
Si nos sentimos tristes, si nos sentimos enfadados, si tenemos dudas o temores, inmediatamente pensamos que hay algo malo en nosotros porque nos han dicho que debemos tener miedo de nuestros pensamientos o sentimientos. Hay que acabar con la guerra de la vida, lo que significa acabar la guerra con el momento presente, acabar la guerra contra nosotros mismos, acabar la guerra contra nuestros pensamientos y sentimientos. Cada pensamiento, cada sentimiento, cada sensación..., se puede amar, es parte de nosotros, no es un error, porque en definitiva, está en nuestro interior, y nosotros estamos siempre aquí. No importa donde estés físicamente en el mundo, no importa lo que esté sucediendo a tu alrededor, ni importa en qué país estés, o cuántos años tengas, o tu apariencia física... Tú siempre estás aquí."  Jeff Foster (fragmento de la entrevista)

Entrevista completa:



viernes, 12 de febrero de 2016

"El momento presente es como es. Siempre. ¿Puedes dejarlo ser?." Eckhart Tolle

“¿Estás preocupado? ¿Piensas a menudo qué pasaría si...? 
Estás identificado con tu mente, que está proyectándose a sí misma en una situación futura imaginaria y creando miedo. No hay forma de que puedas hacer frente a esa situación porque no existe. Es un fantasma mental. Pero puedes detener esta locura que corroe la salud y la vida simplemente reconociendo el momento presente. Hazte consciente de tu respiración. Siente el aire que fluye de y hacia tu cuerpo. Siente tu campo interior de energía. Todo lo que tienes que manejar, enfrentar, en la vida real -por oposición a las proyecciones imaginarias de la mente- es este momento. Pregúntate a ti mismo qué "problema" tienes ahora mismo, no el año que viene, mañana o dentro de cinco minutos. ¿Qué está mal en este momento?  Puedes siempre enfrentar el Ahora, pero nunca puedes enfrentar el futuro, ni tienes que hacerlo. La respuesta, la fuerza, la acción o el recurso correctos, estarán allá cuando los necesites, no antes ni después.

"Un día lo lograré". ¿Tu meta te toma tanta atención que reduce el momento presente a un medio para lograr un fin? ¿Eso te está arrebatando la alegría de lo que haces? ¿Estás esperando para empezar a vivir? Si  desarrollas un patrón mental así, no importa lo que alcances o logres, el presente nunca será suficientemente bueno; el futuro siempre parecerá mejor. Una receta perfecta para la insatisfacción y falta de realización, permanentes, ¿no estás de acuerdo?

¿Habitualmente estás esperando algo? ¿Cuánto tiempo de tu vida gastas esperando? Lo que yo llamo "espera a pequeña escala" es esperar en la cola del correo, en un embotellamiento de tráfico, en el aeropuerto, por la llegada de alguien o el final del trabajo. La "espera a gran escala" es esperar las próximas vacaciones, un empleo mejor, que los hijos crezcan, una relación realmente significativa, el éxito, hacerse rico, ser importante, alcanzar la iluminación. No es raro que la gente pase toda la vida esperando empezar a vivir.

Esperar es un estado mental. Básicamente significa que tú quieres el futuro, que no quieres el presente. No quieres lo que tienes. Con cualquier tipo de espera creas inconscientemente un conflicto entre tu aquí y ahora, en el que no quieres estar, y el futuro proyectado, en el que deseas estar. Esto reduce enormemente la calidad de tu vida pues te hace perder el presente.
No hay nada malo en esforzarse por mejorar la situación vital. Tú puedes mejorar tu situación vital, pero no puedes mejorar tu vida. La vida es primaria. La vida es tu más profundo Ser interior. Ya es completa, perfecta. Tu situación vital consta de tus circunstancias y tus experiencias. No hay nada malo en establecer metas y esforzarse por lograr cosas. El error está en usar eso como sustituto del sentimiento de la vida, del Ser. El único punto de acceso a esto es el ahora…

Abandona la espera como un estado mental. Cuando te sorprendas a ti mismo cayendo en ella... sal inmediatamente. Vuelve al momento presente. Simplemente se y goza el ser. Si tú estás presente, no hay nunca necesidad de esperar por nada. Así que la próxima vez que alguien diga: "Siento haberte hecho es­perar", puedes contestar: “Está bien, no estaba esperando. Estaba parado aquí, divirtiéndome, en el gozo de mí mismo”.


De “El poder del Ahora” de Eckhart Tolle

viernes, 5 de febrero de 2016

"Todo depende de cómo vemos las cosas, y no de cómo son en realidad" Carl Gustav Jung


“La historia sucedía en la India. Un maestro espiritual enseñaba desde hacia años a varios discípulos, de los cuales cuatro eran ciegos. Estos cuatro discípulos eran muy meticulosos y seguían escrupulosamente las enseñanzas de su Maestro. Hacia ya muchos años que la situación persistía y los cuatro discípulos empezaban a preguntarse si un día llegarían a la iluminación prometida.
                Se reunieron pues para intercambiar sus preocupaciones y decidieron que debían entrevistarse con el maestro y hablarle con franqueza. Fueron pues a ponerse a los pies del maestro, y allí, osaron formular la pregunta.
                -Maestro, seguimos fielmente sus enseñanzas desde hace años. ¿Cuándo alcanzaremos la iluminación? Deberíamos estar ya preparados, ¿no lo cree así?
                El maestro miró unos instantes a los cuatro, luego pareció tomar una decisión.
                -Muy bien-les dijo- veo que vuestros deseos de entrar en unión con la madre Divina es muy grande. Así, voy a daros, a partir de hoy, una posibilidad de demostrar vuestra capacidad de recibir sublimes energías.
                Al oír estas palabras los discípulos rebosaron de alegría, pero por supuesto esperaban una dura prueba.
                -¿Estáis listos?- les preguntó el maestro.
                -Sí, ciertamente- respondieron a coro los discípulos- Dinos qué hay que hacer, y lo haremos.
                -En el bosque vecino hay un claro, y en ese claro hay un elefante. Vais a ir al claro. Sé que nunca habéis visto un elefante puesto que sois ciegos de nacimiento. Pero vais a entrar en contacto con el elefante con la ayuda de los sentidos  que os son disponibles y dentro de una hora volveréis y cada uno me hará una descripción del elefante. En marcha.
                Los discípulos quedaron muy sorprendidos; la prueba era simple y ridícula. Pensaron que después de muchos años de estudios con el maestro, estaban ya preparados. Esto no era más que una formalidad.
                Se marcharon pues alegremente al claro y allí cada uno entró en contacto con el elefante. El primero cogió la cola. Entonces pensó: “Un elefante vive en el aire. Es redondo y largo y se termina con un mechoncito de pelos. Muy bien, ya sé lo que es un elefante.” El segundo, cogió la pata, la palpó con sus manos. Pensó: “Un elefante es grande y rugoso como un árbol, tiene una piel espesa y llena de pliegues, vive en  la tierra. Muy bien, ya sé lo que es un elefante.” El tercero cogió la trompa, y tuvo su experiencia con el elefante, al igual que el cuarto que tocó la oreja. Muy felices, seguros de ellos mismos y charlando alegremente, volvieron al maestro a la hora prevista.
                Entonces el maestro les preguntó:
    -¿Quién puede decirme qué es un elefante?
                El primero, no pudiendo contener su dicha, le dijo sin esperar:
                -Maestro, un elefante vive en el aire. Es redondo y largo, muy suave y se termina con un mechoncito de pelo.
                -En absoluto- replicó rápidamente el segundo- un elefante es grande y rugoso como un árbol, tiene la piel arrugada y vive en la tierra.
    -Por supuesto que no-  gritó el tercero- Voy a deciros Maestro qué es un elefante.
    Y empezó a describir la trompa. Antes de que hubiera terminado la descripción, el cuarto, que no podía contener su impaciencia, le interrumpió para dar su propia descripción del elefante, o sea la oreja. Pero no pudo terminar porque los otros tres protestaron, defendiendo cada uno su propia percepción, y así empezó una gran disputa. El Maestro les dejó pelearse un momento y luego, como la disputa no se acababa, rogó silencio para decirles que la iluminación, en definitiva, no era para hoy."
Texto sacado de “El poder de elegir” de Annie Marquier                                                                                                                                                                                                                      ¿Qué tomamos como Realidad, lo que Es, o lo que creemos que es? ¿Cuál de los discípulos está en lo cierto, y cuál no? 

Reconocer y Aceptar que lo que percibimos es solo una cara de la realidad es el primer paso para cambiar nuestra manera de experimentar la vida.